Migrantes tienen miedo de acudir a centros de salud y ser dedectados. Fotografía: Voz de Latinoamérica.
Por Moisés Flores
La forma en la que el COVID-19 juega contra la vida de las personas en el mundo no varía demasiado. En todos los paises hay quienes no sólo se ven afectadas en su salud, sino también en su trabajo, como es la situación de miles de migrantes guatemaltecos y de otros paises que se encuentran en Estados Unidos.
A diferencia de quienes ya han conseguido establecerse de forma regular en este país, quienes aun no pueden gozar del beneficio se encuentran en la situación desesperada de la posibilidad de ser despedidos y muchos otros ya han perdido su empleo.
Con el cierre de múltiples negocios, guatemaltecos permanecen en la incertidumbre ante la pandemia de COVID-19, quienes por temor a ser detectados por Inmigración prefieren no acudir a los servicios de salud para no ser idetificados.
En EE.UU. cualquier persona que acuda a un servicio de salud debe tener un seguro médico, conscuentemente las personas que se encuentran de forma irregular no cuentan con tal seguro. Los indocumentados que llegan a un hospital tienen la opción de tomar un programa conocido como Medicare, por el cual el Gobierno ayuda con un subsidio a quienes no pueden costerarlo.
Sin embargo, al optar por este programa, los migrantes que se hallaban en proceso de regularizar su situación y buscar la ciudadanía ya no podrán completar el proceso, pues según las disposiciones del presidente Donald Trump, estos ya optaron por beneficios del Estado.
Aquellas personas que no clasifiquen al programa o decidan no tomarlo, se ven en la complicación de tener que costear los US$8 mil a US$9 mil por un día de atención en emergencias.
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